un gran paso por Pedro Flecha
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El pueblo de Venezuela es un conglomerado humano que
posee glorias comunes en el pasado y una voluntad presente de convivencia
pacífica. La nación venezolana es el pueblo mismo, en permanente
acción creadora y compartiendo un proyecto común de desarrollo
hacia el futuro.Todos los integrantes de la nación están
obligados éticamente a practicar la solidaridad como norma de vida,
contribuyendo a construir el proyecto común y su desarrollo permanente
y progresivo..
(Extractado del primer artículo del Proyecto de Constitución del presidente Chávez recién presentado a la Asamblea Constituyente) |
La especie humana, como cualquier otra se agrupa en manadas. Las manadas
pueden ser nómadas o sedentarias, dependiendo de sus condiciones
físicas y de las características benévolas u hostiles
del ambiente donde viven. Precisamente ahí reside la gran diferencia
cultural entre los pueblos portátiles y los pueblos fijos; los nómadas
y los sedentarios.
En nuestra concepción la humanidad se genera originalmente en la elaboración del "sentido del número" (Tobias Dantzig), común a la la naturaleza toda, orgánica o inorgánica. El sentido del número es el que permite relacionarse perceptivamente a todas las cosas. Chávez en uno de sus discursos menciona, citando a Clausewitz, una de estas relaciones, que es el llamado "efecto mariposa" uno de los fundamentos de la teoría de las catástrofes, es decir del funcionamiento de sistemas no lineares. Hay dos características en el número, siendo la más común y usada la de contar. Pero hay otra característica esencial normalmente residente en el inconsciente humano y es que los números tienen personalidad. Pero ese es un tema aparte. En lo que compete a un "conglomerado" humano, es lo que en matemáticas se llama una "colección" (Russell), pero una colección es conglomerada, informe mientras no es adjetivada. Esta adjetivación es la que corresponde hacer a las sociedades organizadas. Vamos a poner un ejemplo simple, entre usted a un teatro, hay gente sentada, gente de pie y asientos vacíos, casi inmediatamente usted podrá saber con gran aproximación, de forma intuitiva si logrará sentarse o no. No tendrá usted que contar la gente parada, la gente sentada, los asientos y sumar las gentes para dividirlas entre los asientos, ya que posiblemente se quede sin asiento o con un asiento en un sitio inadecuado por hacer toda esta operación. Lo que funciona ahí es "la correspondencia uno a uno", una habilidad matemática innata igual a las que tienen los pajaritos cuando saben si falta un huevo en un nido. La elaboración del sentido del número, y quiero aclarar que mi formación es podríamos decirlo "pitagórica", llevó al hombre a desarrollar herramientas para suplir sus deficiencias físicas. La solidaridad necesaria hizo que la información sobre estas se comunicara entre ellos. Los pueblos nómades usaron la palabra porque esta era portátil los pueblos sedentarios crearon monumentos. Es la diferencia entre los hebreos y los egipcios, o los pieles rojas y los mayas. la elaboración sobre palabras, olvidándose de las características naturales del número verbalizó al mismo perdiendo fuerza y este es el problema de las Constituciones, parten de palabras. ya lo decía Bolívar... ...porque a veces son los hombres, no los principios, los que forman los gobiernos. Los códigos, los sistemas, los estatutos por sabios que sean son obras muertas que poco influyen sobre las sociedades: ¡hombres virtuosos, hombres patriotas, hombres ilustrados constituyen las repúblicas! Los gritos del género humano en los campos de batalla, o en los campos tumultuarios claman al cielo contra los inconsiderados y ciegos legisladores, que han pensado que se pueden hacer impunemente ensayos de quiméricas instituciones. |
La primera frase "El pueblo es un conglomerado humano", es por ello
fundamental. Es la arcilla del alfarero, es la masa informe esperandos
ser adjetivada, moldeada, es la realidad de la manada. "¡Insuficiente!
dirán los juristas, los religiosos o los sociólogos...Pero
es aplicable ahí tambien el consejo de Bolívar:
Todos los pueblos del mundo han pretendido la libertad; los unos por las armas, los otros por las leyes, pasando alternativamente de la anarquía al despotismo o del despotismo a la anarquía; muy pocos son los que se han contentado con pretensiones moderadas, constituyéndose de un modo conforme a sus medios, a su espíritu y a sus circunstancias. La especie humana es un conglomerado de conglomerados, su definición reside en el comportamiento de los conglomerados, los cuales pueden definirse desde arriba, auto definirse o ser orientados a su definición. Mientras no se "adjetiva" el conglomerado es manada y no sociedad. En la Constitución propuesta por Chávez el "conglomerado" se define por dos factores "glorias comunes" y "voluntad presente de convivencia pacífica". Esto está en la mejor tradición andina y tiene, no sé si intencionalmente o no el vigor filosófico nietchziano. Historia común no es lo mismo que "glorias comunes". Es libertad de los hombres y las sociedades vincularse por lo bueno y saludable, ya que sartrianamente "no somos libres de dejar de ser libres" . El aceptar una historia común es tener aceptar hueso y pellejo con el lomo, vincular a los hombres en base a sus "glorias comunes" es , en comparación, "lomo fino". Es esto contraproducente para algunos, por supuesto que sí...pero sólo para historiadores y juristas, es decir para aquellos que se nutren de conceptos forenses. Chávez parece querer romper con la historia, rescatar la glorias comunes, lo que es gratificante para una sociedad y adjetivar así el "conglomerado humano" para que este sea pueblo con una base inicial positiva. No quiere caer en la trampa que visionó Bolívar Para formar un gobierno estable se requiere la base de un espíritu nacional, que tenga por objeto una inclinación uniforme hacia dos puntos capitales: moderar la voluntad general, y limitar la autoridad pública. El "espíritu nacional" es aquel que rescata las glorias y sepulta los fracasos es el que reescribe la historia, que no es nunca ciencia sino punto de vista. Moderar es orientar, sintonizar,canalizar... Lo que pretende Chávez es lo que por decenas de miles de años hizo la civilización andina, construir sobre lo positivo, lo ventajoso y lo vinculante. Es por ello que no hay historia ni escrita ni verbal...ya que ésta no vinculaba sino separaba. Lo vinculante era la necesidad de convivir pacíficamente y tener un proyecto común. Pero esa convivencia no es pacífica sólo entre hombres, podría tambien serlo con el ambiente y con su "pacha" (espacio-tiempo, según la cultura andina). Hay un dicho inca "En la guerra, no hay que dañar los árboles" que nos lleva al hombre como especie relativa a su medio. Este rescatar las glorias puede ser incluiído en lo mejor de lo nietchziano; es triunfal y lo es más, si uno lo vincula a la otra condición adjetivante del conglomerado la cual es "voluntad". En realidad la frase es "voluntad presente de convivencia pacífica" y ello es definitivamente muy militar y muy racional. Las declaraciones líricas, esas que nunca se cumplen hubieran eliminado la palabra "presente", la cual asimismo -y creo eso conveniente- es ambigua, pues se puede ver "presente" como "actual" , así como se puede ver "presente" como "existente". Si fuera la primera, debemos pensar que la convivencia pacífica puede ser una etapa. Al fín y al cabo las revoluciones no se hacen entre almohadones ni se puede hacer tortillas sin quebrar los huevos. Puede ser por ello una advertencia porque el pueblo puede quizás no convivir pacíficamente en un futuro con aquellos que están en contra de él, incluso Chávez mismo, si ese fuera el caso. Si fuera la segunda me temo sería redundante pues toda "voluntad", para llamarse así tiene primero que ser. La voluntad no es deseo, la voluntad es acción, es decisión tomada. Me inclino a pensar que se trata de la primera acepción de la palabra. |
Chávez está iniciando una revolución, pero una
muy sui generis, ya que no se alimenta de cientifismo sociológico
ni de definiciones medio crudas (half baked). Parte de un Bolívar
pendiente, tal como los peruanos podríamos partir de un inca traicionado.
La fuerza detrás no es imitativa, es pasión bondadosa en
su estado puro. El fin de su revolución, lo ha dicho varias veces
es Refundar la República y en eso coincidimos ya que hace algún
tiempo planteamos desde esta orilla andina que era necesario Refundar la
Humanidad:
La historia humana, como la conocemos, está llena de reformas y revoluciones pero pocos, olvidados y muy aislados intentos de Refundación. Las reformas parten de aceptar la existencia permanente de valores pre-establecidos que conforman un marco donde se desenvuelve la relación del hombre con su entorno. Los reformistas plantean que los valores dentro de este marco son susceptibles de ser mejorados de alguna manera, lo cual, fruto del egoísmo, consideran como más conveniente para sus intereses particulares, que por lo mismo, están en abierta contradicción al hombre como especie. Las revoluciones son similares a las reformas, pero postulan que el cambio debe ser hecho por medio de la inversión total o parcial del marco para, de esa forma, cambiar las relaciones entre hombres y los conceptos de valor. Las reformas y revoluciones, sean estas religiosas, políticas o tecnológicas, tienen en común que consideran al hombre como eje y no pieza de la humanidad. Ambas parten de la convención insuficiente, que las cosas son como parece que son, sin tomar en cuenta que las verdades científicas no son otra cosa que aproximaciones estadísticas, que la geometría es sólo una forma ventajosa de percibir las cosas y que lo sobrenatural es en esencia autocontradictorio. Esta concepción del hombre como supuesto eje ha llevado a la humanidad a usar las matemáticas como una herramienta para interpretar el mundo físico y a declinar el carácter sensible original del número que permitía reconocer en el mundo el ordenamiento armónico que lo sustentaba. Esta alejamiento ignaro de nuestras nobles estructuras intuitivas, generó conceptos ilusorios tales como historia, fe, creencia, religión, ética, leyes etc., que han tenido como consecuencia el relegamiento a un nivel supuestamente inferior de los fundamentos de estética necesaria, reciprocidad natural y la calidad de nobleza genuina de la intuición, elementos fundamentales de supervivencia de toda especie. En las reformas y revoluciones subsiste incuestionado, modificado o invertido el concepto de un aborrecible marco perenne que ha sido establecido a priori, ante el cual los hombres deben sojuzgar su libertad. El juego de reformas y revoluciones referidas a este marco ilusorio, por temor, ignorancia y falta de sensibilidad han tenido como consecuencia el aislamiento del hombre de su propia humanidad que, como otras especies y cosas, es sólo una forma de percibir y ser percibido. El marco actual con su supuesto carácter inmutable, con sus reformas y revoluciones no solamente no ha mejorado la condición del hombre, sino que ha devenido en un conjunto de mecanismos insuficientes, ilusorios, inadecuados y desventajosos que no permiten asegurar la supervivencia armónica de la especie humana. La Refundación se logrará por medio del regreso activo, sacrificado y voluntario al conocimiento de los elementos fundamentales de nuestra especie con el fin de volver a ser parte y razón de ellos. Este retorno deberá ser lúcido en su rigor, compasivo en su actitud, imaginativo en su potencia y sustentado en una actitud de reciprocidad estética hacia las cosas. Rechazará, por ello, los proselitismos políticos y mesiánicos, los liderazgos egoístas, propiciando el resurgimiento de la pureza de la amistad entre las cosas, que incluye al hombre. Cuando sea necesario por razones de reciprocidad natural o insuficiencia cultural, los refundadores señalarán clara y compasivamente características fundamentales de estos elementos para, que una vez conocidos o reconocidos los mismos, surja una nueva concepción de humanidad desde nuestro umbral príncipe. Esta nueva concepción será la más adecuada y ventajosa para la evolución de la especie humana. Ella incluirá no sólo la determinación precisa de las nuevas y renovadas características de ubicación del hombre como pieza y no eje de una configuración perceptiva de su realidad; sino también la activación racional de estructuras de percepción arquetípicas y, por lo tanto, adecuadas y ventajosas, que subsisten genética y culturalmente en nosotros. A ello habrá que agregar un prolijo y disciplinado trabajo en los niveles fundamentales del inconsciente común y del universo inmediato destinado a la creación de estructuras nuevas, que en la concepción de los refundadores, tengan como único fín la supervivencia de lo humano como especie eficiente, recíproca y necesaria. La Refundación surge entonces, fruto de una auténtica necesidad de especie aquí y ahora teniendo como gran aliado al conocimiento evidente de nuestro propio origen. |
La Nación es el pueblo mismo permanente acción creadora compartiendo un proyecto común de desarrollo hacia el futuro. Con esta frase se va cerrando el círculo, completando la ecuación. La nación surge donde está el pueblo. La voluntad se explicita en acción creadora y proyecto común. Hay, vemos una aceleración progresiva, una especie de serie de Fibonacci. conglomerado humano + glorias comunes + voluntad de convivencia = pueblo pueblo + acción creadora + proyecto comun + tiempo = Nación Es decir la energía potencial dada por la identidad (glorias comunes) y la decisión (voluntad) se dinamiza por medio de la acción creadora en un resultado (proyecto común), el cual se desarrolla en el tiempo. Todos los integrantes de la Nación están obligados
éticamente a practicar la solidaridad como norma de vida, contribuyendo
a construir el proyecto común y su desarrollo permanente y progresivo..
Quisiera traer el ancestral concepto de reciprocidad andino, que creo sería útil ya que el mismo, es mucho más amplio que el de solidaridad. Mientras que la solidaridad es siempre de arriba hacia abajo, la reciprocidad es una relación al mismo nivel. Mientras que la solidaridad es fácil de ser adjetivada con conceptos filosóficos, religiosos, ideológicos etc , la reciprocidad es una ley natural. La reciprocidad engloba tanto la convivencia del los hombres entre ellos, de ellos con su sociedad y de su sociedad con el tiempo y lugar donde se desenvuelve. Es normalmente solidario el que tiene más con el que tiene menos, pocas veces lo contrario a no ser que sea en la muerte digamos de un padre. En el mundo andino el ser humano es un ser incompleto, que para "ser" tiene que vivir en sociedad con los otros hombres y con el ambiente (tiempo) en que vive, sólo cuando hombre-sociedad-ambiente están en armonía, el hombre es humano, es "runa". La ley básica entre las tres partes del ser del hombre es la reciprocidad, la cual implica un intercambio constante. Cuando un hombre ayuda a otro no lo hace por caridad o ética, lo hace por ley de vida, por no ir contra su propio ser. Sabe que esa ayuda será devuelta, quizás no por el mismo hombre, sino por otro de los factores. La diferencia estriba en que no hay una actitud de superior a inferior, sino una economía de ayudas autosostenida. Si un hombre no se comporta recíprocamente tiene el pero castigo...el ser paria. Lo que clamaba Bolívar sobre el cuarto poder, el "Poder Moral" es lo mismo que funcionó por decenas de miles de años en los Andes...y sigue funcionando. Constituyamos este areópago para que vele sobre la educación de los niños, sobre la instrucción nacional; para que purifique lo que se haya corrompido en la República; que acuse la ingratitud, el egoísmo, la frialdad del amor a la patria, el ocio, la negligencia de los ciudadanos; que juzgue de los principios de corrupción, de los ejemplos perniciosos; debiendo corregir las costumbres con penas morales, como las leyes castigan los delitos con penas aflictivas, y no solamente lo que choca contra ellas, sino lo que las burla; no solamente lo que las ataca, sino lo que las debilita; no solamente lo que viola la Constitución, sino lo que viola el respeto público. La jurisdicción de este tribunal verdaderamente santo, deberá ser efectiva con respecto a la educación y a la instrucción, y de opinión solamente en las penas y castigos. Pero sus anales, o registros donde se consignan sus actas y deliberaciones; los principios morales y las acciones de los ciudadanos, serán los libros de la virtud y del vicio. Libros que consultará el pueblo para sus elecciones, los magistrados para sus resoluciones, y los jueces para sus juicios. Una institución semejante que más que parezca quimérica, es infinitamente más realizable que otras que algunos legisladores antiguos y modernos han establecido con menos utilidad del género humano. En el mundo andino, vivito y coleando en las calles de Lima, la andina condición de q'ara (especie de paria, repudiado por su sociedad...y a niveles de inconciente colectivo hasta por la naturaleza), es aquel que no cumple la reciprocidad. No me gusta nada la palabra ética, ya que ella implica una ambiguedad
que mediatiza potencialmente la solidaridad. El mayor ejemplo son los abogados
y los médicos. ¿Han visto alguna vez a un abogado expresarse
mal de un colega por más sinverguenza que éste sea? ¿Han
visto a algún médico decir que otro es un salvaje o un carnicero?.
Con el respeto que se merece la palabreja, esta tiene un nivel, que en
su uso práctico es poco menos que nauseabundo. En el campo de las
religiones y las ideologías los conceptos de ética son apropiables
y eso hace peligrosa a la palabra.
¿Por qué me he detenido tanto en este artículo? Simplemente porque de él deben generarse todos los otros que le siguen. Chávez está en un momento histórico y en una empresa que no es sólo venezolana sino universal. Cuando era niño mi padre me obsequió una biografía de Juan Ramón Jimenez, que tenía una frase que nunca olvidaré: "Si te dan papel rayado, escribe al través". Chávez puede escribir al traves en una historia de opereta que es la poblada de tiranuelos y empedrada, como dicen que es el infierno, de buenas intenciones. Hay otros temores que me asaltan en la ligera lectura que he hecho de los otros artículos y es cuando cosas fundamentales "...serán especificadas por ley", cosa típica de abogados, que después pedirán el reglamento de la ley, las excepciones a la ley o pondrán fe de erratas a las leyes publicadas que quieran cambiar. Otro temor es el acceso a la justicia, para juzgar sólo se necesita ser justo no se necesita título, para hablar ante un jurado o un juez nadie debería estar forzado a que otro hable por él, hay una frase feliz entre los discursos de Chávez y es "la injusticia del derecho". A eso mismo se refería Bolívar cuando decía: He pedido la corrección de los más lamentables abusos que sufre nuestra judicatura, por su origen vicioso de ese piélago de legislación española que semejante al tiempo recoge de todas las edades y de todos los hombres, así las obras de la demencia como las del talento, así las producciones sensatas, como las extravagantes, así los monumentos del ingenio, como los del capricho. Esta enciclopedia judiciaria, monstruo de diez mil cabezas, que hasta ahora ha sido el azote de los pueblos españoles, es el suplicio más refinado que la cólera del cielo ha permitido descargar sobre este desdichado Imperio. Son los hombres de bien, los justos, y especialmente los más humildes los que han sufrido por siglos los embates de este monstruo. También falta la referencia a los militares, sí a los guerreros y soy de la opinión que deberían estar en cualquier parlamento, deben votar porque son tan miembros de la sociedad como cualquier civil...y tan responsables también!. Indudablemente lo que más me atrae es el "Poder Moral", que en un artículo lo planteo medularmente como una "Lealtad a la especie". Es un concepto fundamentalista necesario. Más aún es una necesidad por lo menos a nivel andino. Creo que el Acuerdo de Cartagena debería ser un centro de encuentro donde los andinos nos reencontremos con nuestros fundamentos y ejerzamos un necesario poder moral. Pero eso es materia de otro análisis. Termino este artículo con una cita de Bolívar, pero antes una reflexión. ¿Qué cosa extraordinaria hubiera sido que Bolívar y Darwin coincidieran en el tiempo? Meditando sobre el modo efectivo de regenerar el carácter y las costumbres que la tiranía y la guerra nos han dado, me he sentido la audacia de inventar un poder moral, sacado del fondo de la oscura antigüedad, y de aquellas olvidadas leyes que mantuvieron, algún tiempo, la virtud entre los griegos y romanos. Bien puede ser tenido por un cándido delirio, mas no es imposible, y yo me lisonjeo que no desdeñaréis enteramente un pensamiento que mejorado por la experiencia y las luces, puede llegar a ser muy eficaz. Pedro
Flecha
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