Usuarios
telefónicos de España
¡Burlados, desprotegidos, estafados!
por Gema Castellano
Según hemos
podido leer en La Brújula -comentario de Mikel Amigot y por tanto
de absoluta credibilidad-, los poderosos ya se han puesto de acuerdo y
se han asociado para hacerse, como lo hacen siempre -es decir a golpe de
talonario- con el negocio en la red. Bancos, cajas, Visa y, como
no, Telefónica. La noticia fue anunciada a bombo y platillo por
Antena3, medio comprado por Villalonga para alegrarse la vida y la de su
amigo Aznar, que cuando sufre alguna crisis de autoestima, sólo
tiene que enchufar la tv y regalarse los oídos, a la vez que contempla
su bigote y su bronceado. Las contradicciones en las que estos grandes
magnates caen a menudo son tremendas y a veces me da la sensación
de que creen que carecemos absolutamente de memoria, así como
de inteligencia.
Ya comenté
en su día que llevaban meses preparando este golpe de asalto,
pero ¡claro!
como las negociaciones a esos niveles son muy complicadas
-ellos se encargan
de que sean complicadas, porque de lo que se trata es de robar al contribuyente
y eso debe estar muy bien atado- y no se ponían de acuerdo, para
que nadie se les adelantara, se inventaron la pantomima de que el comercio
electrónico era inseguro. Inseguridad que se encargaron de publicitar
y de inculcar en el usuario de Internet, para que no utilizara este medio
de compra hasta que a ellos les conviniera, en detrimento de las pymes,
que ya estaban beneficiándose de este modus de venta.
¡Pues bien!
Ahora ya les conviene. Y resulta que de la noche a la
mañana, de
repente y de sopetón, el comercio en la red se ha vuelto más
seguro que Alcatraz.
¡Dios mío, como se me habrá a mi ocurrido esta palabra
en este contexto! ¡Ni tanto ni tan calvo! Siempre he afirmado que
las transacciones vía Internet no conllevan más riesgos que
las que podamos realizar en un cajero automático, afirmación
que a estos poderosos les pareció imprudente y que ahora predican.
¡En fin! El
gran capital ha presentado frente común en nuestra red.
¿Llegarán
a entender alguna vez la filosofía de ésta? Creo que no.
En cualquier caso Telefónica demuestra tener los perfiles de clientes
bien definidos y perfectamente delimitados tal y como a ellos les conviene.
La estructura social
absolutamente piramidal en la que nos quieren
convertir, se plasma
incluso en su publicidad. Contestador automático
-servicio anunciado
como gratuito y que cuesta exactamente 22.8 ptas más IVA- para los
abuelos de pueblos perdidos que necesitan relajarse,
transacciones comerciales
a través de la red para las grandes empresas y
profesionales acomodados,
personas y entidades para las que el monopolio había previsto Internet
y tarifas desorbitadas de acceso a la red para todos, excepto para los
abonados al capital, que unidos a las pymes, formamos una buena base generadora
de divisas de esa pirámide, un tanto aplastada por el peso al que
nos someten y machacada por el poco caso que nos hace el gobierno.
A ellos no les interesa
vender servicios a través de la red para el grueso
de los mortales. Para
eso ya están las colas en las ventanillas de las
sucursales y las promociones
de cacerolas -por eso no les interesa una
tarifa plana-. A ellos
les atraen esos mercados de ultramar, con los que
pueden mantener una
comunicación instantánea vía red, que incluso podrían
llegar -me atrevería a decir debido a lo incontrolable de
Internet- a rozar la presunta ilegalidad en el más amplio sentido
de la palabra. ¡Todo un negocio! Están contratando a golpe
de talonario a los mejores profesionales, también podrían
pagar a los mejores hackers.
Los detractores más
radicales de Internet ya tienen más carnaza que
añadir a sus
mandíbulas. ¡Negocios de armas, de prostitución infantil,
propaganda terrorista,
transacciones bancarias y negocios de
telecomunicaciones!
¡De todo hay en la viña del señor!, y motivos para
el
mal pensar nos han
dado a raudales. ¿Quién controlará estas
transacciones a alto
nivel desarrolladas en la red por una asociación de
grandes?. Lagunas
legales hay, que hasta ahora no ha hecho falta rellenar, debido a que los
grandes intereses económicos no habían puesto sus ojos en
ella. Pero ¿y ahora?, ¿ quién controlará los
negocios especulativos realizados a través de la red por el controlador
de Internet?. Demasiado capital se puede mover de un lado para otro con
una discreción pasmosa.
Lo cierto es que quieren
convertir la red en un coto privado de acceso
restringido, donde
hacer y deshacer a su antojo. Y si no lo remediamos, lo
conseguirán.
No han comprendido el espíritu de Internet, pero tienen bien claro
los beneficios que a ellos les puede reportar. ¡Peligroso, muy peligroso!
El historial empresarial
de Telefónica está lleno de irregularidades.
¿Porque deberíamos
creer ahora que sus transacciones vía Internet, un espacio virtual
donde todo es incontrolable, van a estar regidas por la ética empresarial?
En la red, Tanto los bancos como Telefónica, gozan de total inmunidad
y privacidad. Vuelvo a repetir: ¡peligroso!.
Irregularidades en
las facturaciones de llamadas, presunta publicidad
engañosa de
servicios que pretende presentar como gratuitos cuando no lo
son, tarjetas personales
que se emiten a nombre de los clientes sin haber
sido solicitadas por
éstos, cobros millonarios por llamadas que no se han
realizado, falta de
privacidad de los datos personales de los clientes en su telefonía
móvil, abuso de poder monopolista, presuntas inversiones dudosas
en Latinoamérica...! Material suficiente para empapelar el palacio
de justicia! ¿Hasta cuándo?
La red los hará
más poderosos si cabe. Porque ahí son anónimos y muy
dificilmente se podrían
probar sus actividades. Mientras tanto y haciendo oídos sordos a
las recomendaciones de una experta en Internet como es Esther Dyson, -
que ya instó en su día a los gobiernos a que prescindieran
de los monopolios en telecomunicaciones, el nuestro calla,
otorga y consiente.
Al igual que nuestro sistema judicial, que parece
haberse dormido dos
siglos atrás, y las instituciones más cercanas al pueblo
como es su defensor, que pese a que las denuncias del ciudadano contra
Telefónica deben de salírsele por las ventanas, tampoco sabe
y tampoco contesta.
Burlados, desprotegidos
y estafados. Así nos sentimos los usuarios, pese a
la maravillosa puesta
en escena, de buenas intenciones, a la que asistimos
el pasado 19 en el
Senado. La solución la tiene el gobierno. Al que si no asume su
responsabilidad en este tema, deberemos declarar cómplice de este
desmán.
Nos jugamos nuestra
dignidad, nuestro derecho a pertenecer a una sociedad desarrollada y nuestro
deber de crecer aprovechando las oportunidades de trabajo, estudio e información
que nos ofrece Internet.
Demasiadas cosas como
para que nos quedemos callados.
¡Fuera Telefónica!
¡Que entren cientos, miles de empresas a competir por nuestro mercado!
¡Nos merecemos un trato mejor y ,sobre todo, algo que el monopolio
nos perdió hace muchos años: RESPETO! |