Congresista
Anel Townsend formula iniciativa:
Declarar heroína
nacional a María Elena Moyano
atownsen@congreso.gob.pe
EL CONGRESO
DE LA REPUBLICA;
CONSIDERANDO:
Que, el 23 de noviembre
de 1998, se recuerda el natalicio de la dirigente popular de Villa El Salvador,
María Elena Moyano Delgado quien fue asesinada en ese distrito de
Lima, por un comando de aniquilamiento de la organización terrorista
Sendero Luminoso.
Que, la señora
María Elena Moyano Delgado en toda su vida pública dio
muestras de una entrega desinteresada por la organización de los
más pobres de su distrito, buscando de ese modo el desarrollo de
su pueblo.
Que, como parte de
esa entrega, María Elena Moyano Delgado se convirtió en un
símbolo claro -reconocidos por todos los sectores del Perú-
de la lucha contra el terrorismo instaurado en nuestra patria desde 1980.
Que, por estas razones,
el terrorismo organizado la convirtió en blanco directo de sus ataques
y amenazas de aniquilamiento selectivo.
Que, a pesar de está
realidad, esto no amilano a María Elena Moyano Delgado y continuó
con su trabajo cotidiano de ponerse al frente de la lucha contra los grupos
terroristas.
Que, su asesinato
si bien en un primer momento, removió los cimientos morales de los
ciudadanos peruanos, su figura luego de su muerte siguió creciendo
hasta quedar instaurada como lidereza popular del Perú y símbolo
claro de la participación e iniciativa ciudadana en la lucha contra
los problemas nacionales como el de enfrentar las causas y los efectos
de la violencia política y el terrorismo organizado.
Que, es necesario
por estas razones perennizar la vida, el ejemplo y la entrega de María
Elena Moyano Delgado y que dicha entrega, no se pierda con el transcurrir
de los años.
Que, por esas razones
es importante que la inmolación hecha por la ciudadana María
Elena Moyano Delgado, así como de toda su vida pase a formar parte
de la historia del Perú, a través de la enseñanza
escolar y superior.
Ha dado la ley
siguiente:
Artículo 1.-
Declarar Heroína
Nacional a doña María Elena Moyano Delgado, mártir
de la defensa de la democracia.
Artículo 2.-
Designar una Comisión Especial del Congreso de la República
para que elabore y publique un libro sobre la vida y la muerte de doña
María Elena Moyano Delgado.
Artículo 3.-
Que en las contratapas de libros y textos escolares que distribuye el Ministerio
de Educación a las zonas más deprimidas figure una breve
biografía de María Elena Moyano Delgado.
Lima, 19 de noviembre
de 1998
ANA ELENA TOWNSEND
DIEZ CANSECO
Congresista
de la República
EXPOSICION DE
MOTIVOS
En 1989, la organización
terrorista Sendero Luminoso decidió destacar todas sus fuerzas subversivas
contra la ciudad Lima, tratando de adaptar la realidad a las tesis terroristas
de Abimael Guzmán de "cercar a la ciudad" para lograr la "insurrección
popular". A partir de ese momento, Lima la capital del Perú, pero
principalmente las zonas más deprimidas económicamente, ubicadas
en los llamados conos de la capital, empezaron a sentir con mayor fuerza
la presencia senderista.
El trabajo terrorista
de Sendero en estas zonas tenía, y tiene, dos componentes. Por un
lado se dedicaban a la labor de proselitismo político
tratando de captar
más militantes para sus organización y la otra cara
era el llamado trabajo militar, es decir las acciones subversivas.
En estos años,
hasta la captura de Abimael Guzmán, los pobladores de los barrios
pobres de la capital tuvieron que convivir con el terror
cotidianamente.
Al mismo tiempo las organizaciones populares de estas zonas fueron las
primeras que se ubicaron en la mira de los objetivos terroristas. Entre
estas estaban, las organizaciones vecinales, los grupos culturales, las
autoridades locales, etc.
Pero uno de los tipo
de organización sobre la que estaba puesta prioritariamente la mirada
terrorista, eran las organizaciones conocidas como de sobrevivencia, es
decir: los clubes de madres, los comedores populares y el Vaso de Leche.
El objetivo de Sendero Luminoso era penetrar y controlar todas las organizaciones
de los barrios populares, sin embargo las de sobrevivencia cobraban una
importancia vital para sus fines. Esta organización terrorista sabía
perfectamente que controlando la alimentación del pueblo y los programas
básicos de asistencia podía negociar y chantajear para poder
conseguir más miembros para sus filas, así como la posibilidad
de a partir de estas organizaciones crear otras instancias de fachada para
sus fines de la toma del poder mediante la lucha armada.
Entre 1989 y 1992,
Lima es remecida de diversos ángulos y modalidades por el senderismo.
Las zonas urbanas son agitadas y atormentadas por la detonación
cada vez más violenta de cargas explosivas de gran poder, hasta
que la aparición de los llamados "coches-bomba" – modalidad terrorista
inaugurada
en el Perú por el MRTA- que desgraciadamente se volvieron de uso
cotidiano para los terroristas de Sendero Luminoso.
En un país
como el Perú, donde el problema del centralismo es una realidad
todavía no acabada, el que Lima fuera atacada de día y de
noche por las acciones terroristas de Sendero Luminoso, con la colaboración
y la cosecha propia del MRTA, hacía suponer que en efecto la capital
se encontraba a punto de ser tomada o por lo menos jaqueada por las filas
del terror, con la correspondiente huida del flujo turístico, inversión,
frente a la inseguridad existente.
En este escenario
Sendero Luminoso combina sus modalidades de la agitación y propaganda
armada, las pintas, el sabotaje, los coches bomba y los llamados "paros
armados" se hicieron casi días. Entre 1989 y fines de 1991, Sendero
Luminoso logra tener una presencia importante en el nivel militar y político
en casi todos los distritos populares de Lima. Es así como entre
octubre de 1991 y febrero de 1992, está organización terrorista
decide iniciar una campaña política con el objetivo de "remecer
la ciudad".
El plan senderista
se iniciaba con una presencia pública y activa en los barrios populares,
asesinato selectivo de los dirigentes y pobladores de estas zonas que se
oponían al proyecto terrorista, pintas con amenazas de muerte, ataques
a dependencias municipales, policiales y entidades privadas. Todas estas
acciones Sendero las realizaba dentro de las convocatorias sucesivas que
hacia de los "paros armados". Esta agrupación terrorista en sus
panfletos señalaba que el "paro armado", era su modalidad de acción
más importante porque con esa medida tensaban todas sus fuerzas
y cruzaban todas sus modalidades de terror, al mismo tiempo que movilizaban
a todos sus contingentes.
Frente a este escenario,
las fuerzas del orden del Estado no lograban darse abasto para lograr prevenir
toda la serie de atentados y acciones terroristas que se multiplicaban.
(poner cifras) en la capital. Incluso los propios miembros de estas fuerzas
del orden se hallaban con la moral baja por los magros ingresos que recibían
y porque la iniciativa estaba del lado de Sendero Luminoso. Es por eso
que junto con los esfuerzos que la Policía Nacional hacía
para derrotar y capturar al terrorismo, la fuerzas vivas de la sociedad
civil, sobre todo de las zonas más afectadas por el terror: los
barrios populares y los conos de Lima empiezan a organizarse para realizar
acciones que muestren su rechazo a Sendero Luminoso. Una de las zonas principales
de está acción se produjo en el distrito de Villa El Salvador.
En esta circunscripción
distrital del Cono Sur de Lima, aparecen una serie de hombres y mujeres
que públicamente se enfrentan a Sendero Luminoso, como una muestra
de rechazo de sus métodos y acciones. Los nombres de Michel Azcueta
y María Elena Moyano Delgado son los que simbolizan a todo ese grupo
de pobladores y dirigentes que decidieron enfrentar al terror.
Pero, María
Elena, como era conocida por todos se hallaba en la mira de Sendero Luminoso
porque provenía del sector de las organizaciones populares de sobrevivencia
que fueron las primeras en tomar la iniciativa para defender sus instancias
de servicio y alimentación popular. Por personas como María
Elena, los terroristas de Sendero Luminoso no lograron penetrar e infiltrarse
como hubieran querido en dichos organismos.
Por otro lado, la
capacidad de dirección y liderazgo de María Elena, unida
a su presencia cotidiana en las organizaciones vecinales y de mujeres de
Villa El Salvador, su presencia y sus declaraciones públicas, críticas
frente a los gobiernos de turno, pero totalmente claras y duras cuando
de enfrentar y desenmascarar al terrorismo se trataba, la ubicaron en la
década del 90 en uno de los objetivos de aniquilamiento selectivo
de Sendero Luminoso.
Es así como
producto de la campaña terrorista de noviembre de 1991, hasta febrero
de 1992, Sendero Luminoso decide formar un comando terrorista de seguimiento
y aniquilamiento a María Elena Moyano. Las amenazas contra su vida
cada día se hacían mucha más intensas, por eso en
los últimos años de su vida llegó a contar con algún
nivel de seguridad personal.
El 15 de febrero
de 1992, los terroristas de Sendero Luminoso, fatalmente cumplen con su
objetivo. Luego de salir de una actividad comunal en su distrito de Villa
El Salvador, el grupo de aniquilamiento senderista la embosca a la
salida del local donde se realizaba está actividad y la acribilla
para después arrojar un carga explosiva sobre su cuerpo.
Con el asesinato
de María Elena Moyano, Sendero Luminoso creyó que había
terminado de quebrar a las organizaciones populares y a sus dirigentes
que se oponían a sus objetivos políticos. Si bien, apenas
acontecido el hecho, hubo un momento de repliegue de estas instancias de
los barrios populares, la inmnolación de María Elena no fue
en vano. Sirvió para que todo el Perú y la opinión
pública internacional terminará por conocer que cosa era
Sendero Luminoso.
Hasta esa fecha,
a pesar de la cantidad de muertos que la guerra iniciada por Sendero había
dejado en el camino, todavía habia sectores en el Perú y
en el extranjero que no tenían una posición clara frente
a Sendero Luminoso. En algunos informes se mimetizaba a está organización
terrorista con los términos guerrilleros, revolucionarios, insurgentes
o alzados en armas.
El asesinato de María
Elena culmina ese proceso de definición sobre el carácter
terrorista de Sendero Luminoso, y coloca en la agenda de la sociedad peruana
el papel que les compete a sus ciudadanos el enfrentar los problemas que
conlleva el construir una sociedad democrática y justa basada en
la solidaridad y en la participación de los pueblos.
De los más
de 25 mil peruanos que murieron a consecuencia de la violencia política,
María Elena Moyano Delgado es un símbolo de la resistencia
del peruano frente al autoritarismo y el terror de Sendero Luminoso. Sobre
esto no hay ninguna duda. Allí están los homenajes y los
recordatorios anuales que los más diversos sectores de la opinión
pública y los grupos políticos hacen sobre su entrega a la
causa del Perú.
A casi un lustro
del asesinato de María Elena Moyano a manos del terrorismo es un
momento adecuado para que la nación peruana pueda perennizar, la
vida, el trabajo y el enfrentamiento de esta ciudadana. Así
las futuras generaciones no olviden su ejemplo de liberar a su patria de
las fuerzas oscuras del terror que pretendían desestabilizar la
democracia y tomar el poder a cualquier costo.
Como sucede con todos
los héroes que se inmolaron en distintos momentos de la vida republicana
del Perú, ellos representan y simbolizan, por tener acciones más
destacadas a todos los otros peruanos que tuvieron iniciativas semejantes,
a veces con los mismo propósitos patrióticos de savalguardar
a la nación, en el caso de María Elena Moyano de los enemigos
internos de la patria. |