El Servicio Militar para todos los peruanos
por Víctor Manuel Quechua*

Pocos días atrás el gobierno dio a conocer a la ciudadanía que el Servicio Militar dejaba de ser obligatorio. Sin embargo en este artículo del hoy general Quechua, se dan razones interesantes acerca de cómo todos los peruanos deberían tener algún tipo de formación militar. En momentos en que gran parte de nuestros compatriotas padecen la más profunda desorientación en internet y fuera de la red, cuando se "discute" y "polemiza" en torno a banalidades mayúsculas o sobre quien fuera líder de una pandilla de monreros (con rarísimas excepciones) al frente del gobierno entre 1985-1990, no está demás leer una invocación de cómo hacer patria. Ni los auto-elogios encendidos y estúpidos que se brindan los compadres en las listas, ni la mediocridad del debate político actual son maneras de hacer patria. Es más, sólo contribuyen al adocenamiento más condenable y al aupamiento de los que quieren más de lo mismo que no es otra cosa que una colección de robos, cohechos e inmoralidades que empobrecen cada día más al Perú. No será la paparrucha verbalística o escrita (y qué mal hecha) que abunda la que genere caminos de solución. Por donde miremos sólo se encuentra ignorancia y desconocimiento, frivolidad y mezquindad ruin. Los que se precian de intelectuales deberían conocer el país y sufrir sus defectos y gozar sus virtudes para arribar a proyecciones revolucionarias que enaltezcan al Perú como pueblo y nación en marcha. (Nota de la Redacción)  

Si de conocer el Perú profundo se trata y amarlo, respetarlo y defenderlo, como muchos lo dicen sólo para agradar a sus parciales –sin convicción de ser y sentirse peruano-, nada mejor que servirlo de alguna forma y no servirse de él para conseguir objetivos ocultos y a veces nefastos; cada elección democrática es una disputa por un botín llamado Perú, y una vez encumbrados en el poder, lo depredan, dejando ene sus habitantes el triste epílogo de que cada gobierno engrosa la deuda externa, llena los bolsillos de unos cuantos, infla las alforjas del arriero extranjero, hace más rico al rico y más pobre al pobre, olvidándose de los más excelso que es la patria.

El amor a la patria comienza en el hogar, sigue el recorrido de la vida en la escuela, luego debería hacer un alto, corto y profundo en el seno de las fuerzas armadas respirando lo más sublime de la peruanidad, para lo cual es deber fundamental e imprescindible que todo peruano, antes de continuar en la senda del saber, del bien, del trabajo, del honor y de la conducción futura del país, preste Servicio Militar Obligatorio, o similar, por un período de seis meses, un año, dos años o más, según sea el caso, en cualquier región del país, a cargo de los institutos armados, sin distinción de raza, credo o sexo ni excepción alguna cual es el espíritu de la Ley de Servicio Militar Obligatorio (SMO); de tal manera que todo peruano conozca el Perú, sus fronteras, sus riquezas, su pobreza, su gente y la realidad de los pueblos que hacen la nación, tomando conciencia de esa identidad nacional, tan venida a menos; sólo así, el hombre que llegue a ocupar los cargos públicos y/o privados desde los cuales se gobierna al país, sentirá lo que es el Perú profundo, sobre todo conociéndolo a fondo.

Pocos son los hombres que han conducido los designios de la patria, desde la casa presidencial, el parlamento el poder judicial y en otras instancias, que han tenido el honor de ser licenciados de las fuerzas armadas o policiales; en su mayoría no lo hicieron por falta de una adecuada orientación cívico-patriota, equivocadamente creyeron que solamente prestan servicios el cholito, el negrito o aquél que no tiene quien lo libre del Servicio Militar, he ahí el problema, causal de males mayores. en el Perú el mayor peso de la guerra recae sobre el personal que cumple su SMO y que proviene del más bajo estrato de la sociedad; sin embargo, hay un sector de la sociedad que por décadas y siglos ha burlado este Servicio, creando una brecha entre civiles y militares.

Si todos los peruanos, en su momento, prestaran Servicio Militar, de seguro el futuro del patria sería otro; y uno de los resultados a mediano plazo podría ser el que se acaben definitivamente los golpes militares o cívico-militares, como suele decirse; para esto, es necesario que se dé un dispositivo para que así sea en adelante, dando un plazo perentorio de 20 años a partir de la fecha en que se promulga el dispositivo, para que toda persona que pretenda ocupar un cargo político representativo ya sea en el Ministerio Público, en el parlamento, o en la Presidencia de la república, etc, -en el futuro- acredite haber prestado su Servicio Militar en sus diferentes formas, como el SMO acuartelado o no acuartelado, y aquéllos que no reúnan los requisitos psicosomáticos al término de su secundaria, quedarán pendientes para hacerlo antes de graduarse (como se estilaba mediante el SECIGRA, que era el servicio civil de graduandos –hoy reemplazados por el SERUMS- que antes de optar el título, deben prestar servicios profesionales en cualquier región del país, a favor del Estado). O en su defecto, toda persona nacida a partir de 1980 que pretenda postular y ocupar los cargos mencionados, deberá acreditar haber prestado servicio militarizado a la patria.

No se entienda que solamente se puede prestar Servicio Militar en un cuartel; no, hay múltiples formas. Además, esto elevaría el nivel en general de nuestros soldados, marineros o avioneros que prestan servicios en los institutos armados y por consiguiente en la Policía Nacional, profesionalizándolos y poniéndolos por encima de otros países; entonces, si portas un arma de fuego en tus manos, o has ganado con justicia el arma política del gobierno, es sinónimo de decisión. Nadie porta un arma sólo por placer; todos entendemos que es para usarla, pero para ello es menester conocer el arma y las circunstancias donde se la va a usar.



*Perú: 13 años de oprobio, Víctor Manuel Quechua, Ed. Tetis, agosto 1994, pp. 486-487-488

 


 
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