A costa de robos a usuarios
¡Telefónica es una máquina de hacer dinero!
por Gema Castellano


Mikel Amigot, redactor de La Brújula, nos sorprende con un artículo donde plasma con exactitud el rechazo del ciudadano en general hacia Telefónica. Somos muchos los que no hemos desistido en esta lucha, aún cuando las cosas no están todo lo bien que Mikel quiere demostrar, y que realmente el tiempo que nos queda es poco. 

Yo soy más pragmática, aunque por eso no menos luchadora, -todos saben que en ningún momento me he dado por vencida-, y así lo estoy haciendo constar en múltiples artículos.

Cuando el abogado Ramón Mijares me comunicó la decisión del juez Garzón, -comunicado que emitió a todos los que hemos contribuido a que la querella fuera admitida a trámite, a través de una petición que realizaron los gestores de Timofonica.com -, me pareció de justicia, y así lo comuniqué en uno de mis artículos. Pero el problema que tenemos los
españoles, así como los usuarios de países latinoamericamos donde Telefónica actúa, es más grave y me temo no va a solucionarse, aún en el caso de que ganemos masivamente este juicio contra el monopolio, que se limitará a no volver a cobrar las llamadas fallidas como mucho. 

Telefónica es una máquina de ganar dinero, y no tiene intención de dejar de hacerlo y está avalada por el gobierno, -que no se nos olvide- sumido en un mutismo total al igual que la operadora, esperando a que llegue el uno de diciembre, que ya tiene planes para seguir robando de una manera legal a partir de ese día.

La verdadera liberalización de las telecomunicaciones no se ha producido en España. Así pues, es Aznar el que debe pronunciarse y recuperar unas infraestructuras que cedió irregularmente a su amigo Villalonga aún cuando no le pertenecían, y esto, debe hacerlo antes de la fecha marcada para que la falsa liberalización se realice. Es decir, el uno de diciembre. De lo contrario, nos encontraremos con un monopolio falsamente disgregado en pequeñas empresas, para despistar, y que no serán más que la misma Telefónica cobrando servicios por separado, y ganando el doble de lo que ya se está embolsicando.

Tiene razón Amigot cuando dice que Telefónica lo está comprando todo   -tiempo ha que muchos ya lo afirmamos- pero no olvidemos que en esas adquisiciones también están incluidas los gobiernos, y en este caso el nuestro.

El principal y único responsable de que jamás, podría ser, tengamos unas comunicaciones libres en este país la tiene el gobierno. Eso ya no lo duda nadie. 

"Telefónica está disgregando sus servicios a favor de empresas contratadas y los trabajadores seguramente nos iremos a la calle" me comenta un trabajador del monopolio. Seguramente estas empresas también sean indirectamente de su propiedad, aunque para desconcertar, nos digan que son autónomas. En estas empresas subcontratadas los operarios trabajan a destajo, sin seguridad en el puesto, en unas condiciones ínfimas y sin formación alguna, por lo que la calidad del trabajo es cuestionable. Para tener una atención correcta, el usuario debe abonarse al servicio de atención permanente, por el que Telefónica cobra 2000 ptas al mes ¡Realmente vergonzoso! ¿Podría una empresa que no fuera Telefónica tener a sus trabajadores en estas condiciones? ¡No lo creo!

Telefónica no tiene intención de dejar de ganar dinero, pero lo que sí le interesa ganar en estos momentos es tiempo ¡Sobre todo tiempo hasta el uno de diciembre!, lo mismo que a Aznar.

Después de ese día, Telefónica se reestructurará, y el gobierno dirá que no tiene competencia sobre una empresa privada. Los dos habrán conseguido lo que pretenden y Aznar podrá intentar ganar las elecciones de nuevo, apoyado por el capital camuflado del monopolio.

Como ya dije en uno de mis artículos: "un circo donde nos podríamos divertir si los payasos no fueran timadores, mentirosos y ladrones"

Porque... ¿De qué ha servido la famosa sesión del Senado? ¿Ha tenido a bien Aznar hacerse eco de aquella pantomima, llevada a cabo por todos los partidos político y encabezada por uno de sus senadores? ¡NO!

Mikel Amigot nos recuerda que no debemos olvidarnos de González Pons. No nos olvidamos. 

De mi parte, y siempre a mi juicio particular, no me olvido de ese senador del PP, que hizo su papel a la perfección intentando acallar los ánimos, y que no lo ha conseguido; porque no ha habido una continuidad de su gobierno en lo que respecta a lo que en su día ya llamé su "sinceridad hipotecada", y sobre todo, en su presunta solidaridad con el pueblo. 

Tampoco me olvido de que no ha tenido a bien responder a unas preguntas que eran definitivas e indispensables, para que los ciudadanos conociéramos la verdadera postura del gobierno.

El hecho de que el ejecutivo asuma sus responsabilidades en este abuso, es una exigencia ciudadana que debemos pedirle ya. Porque ¿qué responsabilidad le vamos a pedir a partir del uno de diciembre?

Por otra parte ¿contra quién vamos a hacer la huelga el día siete de diciembre? ¿contra un gobierno que ya no tendrá competencia sobre la operadora? ¿contra un monopolio que se habrá dividido en pequeñas empresas y que ya gozará de perfecta inmunidad?

¡Demasiadas incongruencias juntas!

 
 
 
 
 
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