El Euro: la estupidez es contagiosa
por Pedro Flecha

Europeland, ese continente imaginario que en realidad no es más que una pequeña  península del continente asiático, porque continente es aquel que está rodeado de agua por todas partes, como Africa, América, Australia y Asia –curioso...todos comienzan con A -está jubilosos por el nuevo Euro. 

Estamos,  asistiendo al fin de un mundo, de aquel que prevaleció por los últimos 500 años y cuya estructura nació muy cerca al nuestro, en el Alto Perú –hoy en  Bolivia, por obra y gracia del Simón cercenador-, en el cerro Potosí. Ahí nació la combinación de todos los males que aquejan hoy día a la humanidad. Según J.K. Gailbrath, Occidente en el siglo XV tenía agotadas sus posibilidades de crecimiento por intercambio, ya que el oro atesorado era insuficiente para lubricar el mismo. El ratio plata/oro era como de 5:1, pero el oro venía de placeres y vetas en gramos por tonelada. La plata, en Perú y en México salía en kilos por tonelada, es decir en factores que eran 1,000 veces mayores. Aparte de ello había oro atesorado en suficiente cantidad para hacer saltar la banca. Esta  abundancia de plata, nunca vista inundó el mundo y causó enormes desbalances.

Los templarios habían, en el siglo XIII reinstalado y refundado la sinarquía pitagórica, aquella donde la Autripad está encima del poder. En la misma vertiente del maestro de maestros habían hecho del trading  -y no de la banca como erróneamente se cree- un sistema de desarrollo global. Ellos habían conciliado lo mejor de la matemática islámica con la eterna vertiente fundamentalista humana que tuvo su esplendor en la época axial del siglo VI antes de nuestra era. Rescataron los mandalas necesarios, los lugares santos, no de las divinidades inventadas, sino de la humanidad que inventa a los dioses y religiones.

¡Se volvieron peligrosos para el poder....!

Peligrosos para el papado y los haraganes, por ello los liquidaron y los sustituyeron con una estructura mediocre, supersticiosa y corrupta, la de la servil y cobarde orden de los hospitalarios, que hoy están en Propaganda Due, Opus Dei, Orden de Malta etc. 

En este contexto los católicos, con su Torquemada, se transformaron en la primera transnacional, crearon el capitalismo más elemental, el corporativista, aquél donde se controlan los elementos de producción para favorecer a los compadres. 

Es por ello que cada vez que escucho hablar de aldea global, economía de mercado, etc., con 30 años de experiencia en la quintaesencia del  manejo económico... la del trader, me cago de la risa.

Asistimos a un mundo donde las leyes las hacen, no el pueblo, sino tinterillos (vocablo peruano que tipifica a los secretarios de juzgados antiguos siempre con los dedos llenos de tinta) y de contadores. El error consiste en creer que la economía es una ciencia, la matemática es una ciencia, quizás la única ciencia de ciencias, pues todas las ciencias, al final tienen que acudir a ella.

Regresando al tema del Euro, los asiáticos peninsulares han decidido cobijar la crisálida de la mariposa de su propia destrucción, han importado como El Chavo del 8, sin querer queriendo, la simiente de un gran tornado que los destruirá. El mundo, el hombre no gira alrededor de las monedas, las cuales son marcos de referencia para el intercambio y no entidades en sí. Es decir, reflejan sólo una identidad de lenguaje para intercambiar una manzana por un perno de hierro, pero no son físicas... mientras no tengan un respaldo en un bien inútil...el patrón oro.

En algún otro artículo hablé de lo ilusorio de las cifras que se manejan. Los tinterillos y contadores han llevado las cifras a extremos inimaginables. Por ejemplo, lo que está de moda con los inversionistas son los servicios de Internet como Yahoo, AOL y otros. Las cifras son increíbles, AOL en valor de papeles vale US$ 72 billones y tiene ingresos anuales de  US$ 1.5 billones. Digamos que sus utilidades estén en el 30% de las ventas, entonces se necesitan varios cientos de años para recuperar el valor de la inversión en comprar una acción.

Todo el mundo se ha olvidado que toda creación de riqueza nace de alguien que siembra una semilla, rompe una roca, pesca un pez y creen que el canibalismo paga. No es la economía de mercado otra cosa que eso, hasta hay un comercial en CNN donde un joven describe su mundo como hostil, donde tiene que tirar el zarpazo antes que se lo tiren a él, y que por ello...  ¡lee Time!

Este canibalismo indirecto, que a los globoludos les parece bien, necesario y divertido, es el mismo que en términos de especie, desarrolla ingredientes de canibalismo real. En pocas palabras, están sembrando vientos para cosechar tempestades.

El Euro surge de la desesperación, de esa manía de acumular números por acumularlos. Un mundo chato, uniforme y peor aún, controlado por algunos poderosos, es como un matrimonio entre dos maricones o dos lesbianas... no tiene capacidad de engendrar.

Lo único que voy a extrañar es la efigie de las monedas francesas, donde el rostro de Francia desde hace años era el rostro perfecto de esa mujer hermosísima: Catherine Deneuve. 

Por lo demás, se van a joder... ¡y bien!.

 


 
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