¡Desinformación nos lleva a la esclavitud!
por Gema Castellano



Cuando hablamos de libertad de expresión, de medios de comunicación comprados, de sociedad de la información o de prensa libre, la mayoría de la población no es consciente verdaderamente de lo que supone el perjuicio que puede llegar a ocasionar socialmente, el hecho de no prestar la suficiente atención a la información que recibimos.

La información es poder y la desinformación nos lleva a la esclavitud. Y estas afirmaciones, que nosotros escuchamos de una manera metódica porque suenan más o menos bien, son la regla de oro de esos poderosos,
especuladores y dictadores, que cada vez invierten más y más divisas en el hecho de mantenernos desinformados y en comprar a profesionales y medios que nos distorsionen la realidad.

Ellos sí que conocen verdaderamente el poder de la información; y de hecho, su control sobre ella es lo que los mantiene en la cima. Generalmente la compra de estos medios y profesionales intenta mantenerse en secreto, con el fin de que el contribuyente no pueda asociar la información emitida con la forma de lanzarla o con el tema de que se habla, pero cada vez somos más los que trabajamos con el único fin de desenmascarar a estos entes corruptos, que aparecen en la prensa, los telediarios o las revistas como salvadores de la patria, benefactores de accionistas o inversores de primer orden en Latinoamérica.

Es curioso como en este país, España, cada vez vivimos más a ritmo de tango creyéndonos que va bien, que la economía va perfecta y que tenemos las mejores empresas inversionistas, mientras, para darnos cuenta de la realidad, solo deberíamos echar un vistazo a nuestro modus vivendi. La
manipulación mental es tan terrible, que aún estando mal, acabamos creyendo que estamos bien.

La desinformación o la deformación de la realidad, se ha instalado en nuestro país de una forma patética. ¡El mutismo en el que está  inmerso nuestro gobierno y la tergiversación de hechos a la que nos somete es burlesca! Y no me extraña que tengan un miedo horroroso a la información,
no olvidemos que ésta se convirtió en su principal arma para derrocar al gobierno anterior. ¡Y funcionó!

De esta manera, no tuvo miedo Villalonga ayer cuando se presentó delante de sus medios -Antena 3TV, Expansión, Actualidad Económica y otros que tiene previsto comprar- para anunciar que su compañía no ofrecerá beneficios a sus accionistas. Esta noticia, que es una noticia de primer orden y que debería inquietar a todos, sobre todo a los engañados accionistas del monopolio, se dio como si de un regalo de Navidad se tratara, y sus pequeños accionistas se tragaron el anzuelo de sus razonamientos sin rechistar.

A Telefónica ya no la quiere nadie, ni los grandes accionistas que ven que ya no se sostiene, ni los usuarios, ni sus trabajadores. En Latinoamérica se le odia y Villalonga, con toda la razón de mundo, se ha convertido en una de las personas más repudiadas, pero, todavía le quedan sus medios de comunicación, desde donde puede sacarles el dinero a esos pobres jubilados enamorados de su cardado y su prestancia, a esos otros que a base de escuchar mentiras, se las creen -porque son gentes de buena fe que piensan que no les van a engañar- o a esa población a la que él considera desprotegida culturalmente de la España rural y hacia los que, curiosamente, va dirigida parte su publicidad.

¡Qué falta de educación! Aznar y Villalonga se han convertido en sendas sanguijuelas que se chupan la sangre el uno al otro. Al primero le aterroriza que los medios puedan hacerle lo que él le hizo al otro a través de ellos, por lo que necesita que Villalonga le asegure que no será así, y que de paso perpetuará su estancia en La Moncloa con una buena campaña electoral, que le permita realizar su sueño imperialista de mandatario autoritario. 

Villalonga también necesita a Aznar, y lo necesita como embajador  especulante en los países latinoamericanos, y como barrera protectora contra cualquier petición del contribuyente. Nuestro premier jamás escucha al ciudadano, y eso evidentemente, le asemeja cada vez más a los dictadores que gobiernan en Latinoamérica, tipo Fujimori, con quien estrecha relaciones cada vez más, que a los altos mandatarios europeos, de quienes se aleja cada vez más peligrosamente.

¡Para eso somos el último vestigio de la derecha en nuestro continente!, y es que España, gracias a la desinformación -a las trabas que se le pone al acceso a la cultura informativa - “is different”. Estar en Europa no significa entrar a trompicones en la sociedad del euro a base de concesiones y sacrificios del ciudadano, sino que quiere decir comulgar con la filosofía europeísta, ir a favor de la corriente de los movimientos culturales y sociales europeos. Aznar no puede girar hacia el centro porque no se lo permiten ni su ideología -que por supuesto no tiene nada que ver con la europea- ni los que mueven los hilos de sus gestiones, que tiran cada vez más hacia la creación de una sociedad tercermundista y por ende, manipulable.

¡La libertad de expresión! El Comité de Libertad de Prensa de la Sociedad
Interamericana de Prensa (SIP), denuncia públicamente que solamente en Aruba y las Antillas Holandesas, no ha habido denuncias de atentados contra la libertad de prensa.

En Cuba, el estado es el propietario de la información. En Colombia nueve
periodistas han sido secuestrados y ocho asesinados en los últimos meses.
En Argentina todavía queda por resolver el asesinato del fotógrafo Jose Luis
Cabezas, y en Brasil hay ocho asesinatos de periodistas impunes, y las amenazas y agresiones contra los diarios está a la orden del día. El gobierno chileno estudia una ley que limitará la capacidad de la prensa para informar, y ya hay dos periodistas en la cárcel por decir la verdad. En Colombia los asesinatos de periodistas se suceden uno tras otro. El gobierno ecuatoriano prepara disposiciones legales para recortar la libertad de información y los periodistas reciben agresiones. En Méjico se intenta regular la actividad de los periodistas, y en Perú las agresiones contra periodistas son tales, que ha provocado una visita de la misión de la Organización de Estados Americanos para abrir una investigación, y así hasta 27 países latinoamericanos.

En España una empresa privada, Telefónica, invierte el dinero de sus accionistas en la compra de medios de comunicación -Antena 3TV, Via Digital, Onda Cero, Expansión, Actualidad Económica, el Mundo... -  que trabajarán para ella misma y para el gobierno, en lugar de repartir beneficios entre sus pequeños inversores.

¡Es para echarse a temblar! Así están las cosas. ¿De verdad que sabemos lo que pasa en el mundo? ¿Estamos seguros de conocer la realidad de nuestro propio país? Gracias a Internet, único medio de comunicación e información libre con extensión mundial, sabemos de lo dramático de la situación; pero desgraciadamente llega a poca gente, debido a que han sabido controlarlo con unas tarifas abusivas, en Europa, y evitando que el ciudadano tenga acceso a él como medio de desarrollo en Latinoamérica.

¡Insisto!. Los monopolios en telecomunicaciones deben ser abolidos en Europa. Telefónica debe ser enterrada en el Valle de los Caídos. Y las empresas de servicios españolas que inviertan en el desarrollo tecnológico de Latinoamérica, deben estar reguladas por una estricta ley del libre mercado.

Es la única manera que tenemos de preservar nuestras libertades y de que
nuestra sociedad se base en una cultura de la información y la libre
competencia que lleven a una igualdad de oportunidades.

 


 
Escríbanos a: 
ailatin@zdnetmail.com

 AILA