Perú
en el Club del Asia Pacifico
Miguel Angel
Alcántara Santillán
malcantara@lamolina.edu.pe
El
contexto de globalización en que se desenvuelve la economía
mundial, ha tenido entre sus múltiples consecuencias, la redefinición
y mayor flexibilización de los procesos de integración económica,
cobrando mayor importancia la forma en que los países se pueden
integrar mejor al comercio internacional.
Uno de los más
importantes procesos de integración de los últimos años
es el de los países de la Cuenca del Pacífico, proceso que
se caracteriza por ser muy dinámico, eminentemente comercial y con
participación importante del sector empresarial.
Como se sabe, existen
tres mecanismos de integración en el Asia Pacífico:
- El Consejo Económico
de la Cuenca del Pacífico (PBEC - Pacific Basin Economic Council),
que reúne a los empresarios de la región;
-El Consejo de Cooperación
Económica del Pacífico (PECC - Pacific Economic Cooperation
Council), de conformación tripartita (funcionarios estatales, académicos
y empresarios); y
-El Foro de Cooperación
Económica de la Cuenca del Pacífico (APEC - Asia-Pacific
Economic Cooperation), mecanismo intergubernamental de diálogo y
consulta, con el compromiso actual de constituir una zona de libre comercio
e inversión.
El APEC, al cual
el Perú ha sido incorporado plenamente en noviembre de 1998, es
un club con 18 países, que juntos representan cerca de 50% del PBI
mundial, el 40% del comercio mundial y casi la mitad de la población
mundial.
Es un club ciertamente
heterogéneo. Incluye a las dos mayores economías del mundo
(EEUU y Japón). Están reunidos países de gran tamaño
(Canadá, China, EEUU, con 9 millones de kms. cuadrados, en promedio),
frente a países pequeños (Brunei, Singapur, Hong Kong, Taiwan
o Japón, que en conjunto no superan los 400 mil kilómetros
cuadrados. Están los dos extremos en cuanto a población (China,
con más de mil millones de habitantes, frente a Brunei con 264 mil
habitantes). También hay diferencias en regímenes políticos
(régimen socialista en China, monarquía en Brunei, república
federal en EEUU, monarquía constitucional en Japón), así
como en creencias religiosas: budistas, católicos, protestantes,
musulmanes, islámicos, hinduístas, taoístas, shintoístas,
etc.
En realidad la economía
peruana, en comparación a otras de la región, no fue fuertemente
impactada por la crisis asiática, en parte por la relativamente
menor integración comercial con dicha región. Un 20% de nuestras
exportaciones se dirigen a ese mercado (a diferencia del 35% en el caso
chileno), mientras sólo el 16% de nuestras compras mundiales provienen
del Asia.
Sin embargo, hemos
pasado, de registrar saldos comerciales positivos con Asia (de alrededor
de 200 mil dólares), a un déficit de 672 mil dólares
en 1998, resultado de la disminución de las exportaciones a dicha
región en un 50% y el aumento de las importaciones en el orden del
8,5%.
La menor demanda
del mercado asiático, aunada a los menores precios de las materias
primas (más de la mitad de nuestras ventas a la región asiática
son productos minerales) y también al Fenómeno de El Niño,
han incidido en el resultado anteriormente mostrado. Lo más preocupante
es la disminución de la importancia relativa del mercado asiático
(hasta 13%), que, contrariamente a lo previsto, no fue contrarrestada por
el mercado chino (sus compras disminuyeron en más del 50%, lo mismo
que Japón)
Es evidente que nuestra
asociación en el expectante club del Asia Pacífico sólo
será provechosa para Perú en la medida que nuestros mercados
se amplíen. En aras de este objetivo, el sector agro-alimentario
y pesquero tiene las mejores perspectivas, aunque falta mucho camino por
recorrer.
Sólo el 5%
de nuestras exportaciones al Asia lo constituyen productos agrícolas
(principalmente tradicionales). La proporción se eleva al 9% si
consideramos conservas de pescado (superando el 30%, si añadimos
harina de pescado). Desde otra óptica, del 10 al 15% de las exportaciones
agro-alimentarias se destinan a Asia, siendo la proporción de más
del 30% en productos pesqueros.
Los productos agrarios
de origen peruano más demandados por Asia son algodón, fibra
de alpaca, café, cochinilla, carmín, tara, papa cortada,
menestras, achiote, plantas medicinales, etc.
En el caso pesquero,
Singapur registró el mayor aumento en las compras de enlatados (60%
promedio anual). Japón y Hong Kong son también importantes
mercados de diversos productos hidro-biológicos (pescados secos,
conservas de caviar, camarones y crustáceos congelados, etc.).
Por otro lado, es
evidente que fruto del dinamismo económico pre-crisis, y la mayor
urbanización, los países asiáticos muestran abundancia
del factor trabajo y escasez relativa de tierra agrícola. En consecuencia,
se perfilan como el principal mercado alimenticio para los próximos
años. Se estima por ejemplo que para el año 2010, las necesidades
de cereales en Asia alcanzarán los 50 millones de TM equivalentes.
Obviamente Perú
no se convertirá en el granero de Asia, pero puede (y debe) aprovechar
las ventajas del clima propicio y la bio-diversidad para aumentar la oferta
exportable, no sólo de productos exóticos (como plantas medicinales),
sino también de alimentos procesados.
Estudios técnicos
muestran que es posible aumentar rendimientos de ciertos productos horti-frutícolas.
En el caso pesquero, la riqueza marina permite satisfacer la demanda de
productos hidrobiológicos de calidad.
El reto para el mediano
plazo en el Perú está, por tanto, planteado: mejorar el dinamismo
de nuestras exportaciones agrarias y pesqueras al Asia, lo cual incluso
puede ayudarnos a modificar nuestro patrón de inserción en
el mercado asiático, no como exportador primario, sino de productos
con mayor valor agregado. |