Camisea: ¿Poniendo a los gatos Hunt de despenseros?
por Pedro Flecha

A  fines de los 70  y comienzos de los 80 los precios de la plata llegaron a  niveles fuera de órbita que casi llegaron a los US$ 50.00 por onza, diez veces lo que es hoy.

No arribaron a estos niveles por asuntos de oferta o demanda, sino por el antiguo ratio mágico  con relación al oro. Un grupo compuesto por dos millonarios tejanos, los hermanos Hunt, algunos brokers, como Ralli Merryl Lynch, capitales árabes y algún otro millonario brasileño, hicieron lo que se llama un cornering del mercado. Esto no era un evento nuevo en el mercado de metales, pues había anteriormente habido cornerings en cobre y en estaño. El cornering, que traducido significaría  un arrinconamiento del mercado consiste en comprar futuros y cuando llega la fecha de vencimiento exigir la entrega del físico. Como todas las operaciones se hacen  con el sistema de margin, es decir se necesita sólo el 10% del valor de la compra en un mercado ascendente, los vendedores tuvieron que recurrir a los inventarios para  hacer sus entregas. Los inventarios, el metal físico subió continuamente a niveles altísimos.

Algunos países, como el Perú, habían comenzado bajo la sabia dirección de Manolo Moreyra, fallecido hace poco, a sustituir sus reservas en moneda por reservas en metal, a erigir una reserva bimetálica, un silver standard. Al fin y al cabo la plata no tiene mucho uso industrial y el oro realmente no sirve para otra cosa sino para atesorarlo. Las monedas estaban desde hacía casi  una década en un constante snake, sobre todo porque el dólar tenía un valor ficticio como ahora.

La conspiración del silver bubble liderada por los Hunt se reunió en París, México se abstuvo y algunos peruanos, que no eran del BCR consintieron. Una persona que estuvo en esa reunión por México –y no era mexicano-  consultó con el SEC de Estados Unidos quienes le dijeron que sí había un cornering en el COMEX, intervendría, cosa que no había hecho nunca.

El cornering se llevó a cabo, los precios subieron  y  la bolsa fue cerrada por el SEC por una semana y los precios se cayeron los precios estrepitosamente. El Perú que había construido una importante reserva metálica tuvo que entregar el metal a un precio ínfimo. Se calcula que el Perú dejó de percibir alrededor de 600 millones de dólares por la conspiración. Los hermanos Hunt fueron intervenidos por el gobierno americano, así como los brokers.

En Estados Unidos no solamente los monopolios son combatidos, sino todas aquellas actividades que implican conspiración. Por ello el gobierno peruano en la época de Belaúnde desató acciones contra todos los implicados. En pocos meses Merryl Lynch, viéndose perdida  hizo un arreglo extrajudicial con el Perú y pagó alrededor de US$ 250 millones. Los hermanos Hunt, como antes lo hiciera el famoso Bernie Cornfeld (el del timo del Fund of Funds en los 60) trasladaron operaciones a Canadá. Hasta donde sé, las acciones legales por conspiracy no tienen límite de tiempo, pues se tratan de asuntos con trasfondo penal.

¿Para qué esta introducción?

Pues para decir que los felices adjudicados con el importante contrato de Camisea no son otros que estos hermanitos. La verdad es que no entiendo como precalificaron, ya que tienen un asunto legal pendiente con el Perú. Si han pagado los US$ 400 millones o más que el Perú les reclamaba, ello debe ser esclarecido y en términos de país, no hay prescripción ni tinterillada que valga.

Por ahí hay rumores que sólo les interesan los condensados y que quemarán el gas o lo devolverán al pozo. Si ello es cierto, esta sería otra privatización banana.

Es que el sector de minas y energía ha sido el coto de caza de todas las conspiraciones y desarreglos posibles. A una mina que valía más de US$ 150 millones se la vendió a US$ 35 millones, más aún, se vendieron dentro de ella propiedades que no eran del estado. Pocos meses después una mina inferior, Tintaya, se vendía a 10 veces el precio de cerro Verde. Los de Cyprus “invirtieron” US$ 80 millones en modernizarla, pero el dinero no vino de afuera, fue finalmente sindicado por un banco peruano. Es decir  sólo se cambió de gerente y algunos ganaron mucho dinero en esto.

Todavía hay tiempo para hacer un contrato correcto con contrapartes correctas. 


 

 


 
Escríbanos a: 
ailatin@zdnetmail.com

 AILA