El
boicot es un arma eficiente de los consumidores
por Pedro
Flecha
Hace casi 4 semanas,
la Telefónica me cortó la línea ilegalmente, porque
no le gustan mis reclamos, ya que, al comprobarse estos, solamente en Perú
tendrían que devolver varios cientos de millones de dólares
de sobre-facturación.
Todo el escenario
es contradictorio... Un parlamentario de la oposición, Antero Flores
Aráoz, que está vinculado con su ayudante, un alcalde y que
ambos están ligados al Opus Dei, han pasado una ley que retira,
sí RETIRA a los representantes de consumidores de todas las entidades
de control como OSIPTEL (telecomunicaciones), ENERGEL (electricidad) e
INDECOPI (productos de consumo). Es decir esta oposición se está
proyectando, haciendo méritos para un nuevo gobierno donde indudablemente
harán más eficientementemente lo que los abogados como ellos
han hecho siempre... ¡chupar medias como ninguno!
Vergüenza para
el Perú, donde la legislacion de defensa al consumidor es muy avanzada,
pero en realidad es papel para el poto. Si no, que me lo digan a mí.
El edificio Globoludo
está haciendo agua mundialmente. Nunca la cola ha movido al perro
y, por sus ideas que más parecen ventosidades malolientes, el edificio
del sistema está apoyado en esos yuppies que usan tirantes, BMW´s
y hablan en cliché, circunstancias normales como que a una acción
baja le llaman correción y cuando sube... tendencia. Ni uno ni lo
otro es real y la caída va a ser en tal forma, que los que nos hemos
acostumbrado a vivir como pobres... tenemos ventaja.
¡A la mierda
dijo Nerón...y tiró el arpa!
Hace poco el gobierno
peruano ha reaccionado ante uno de los timos más grandes de los
últimos 100 años. Una mafia minero-metalúrgica se
ha aprovechado de una conyuntura tributaria y ha timado por más
de 70 millones de dólares en impuestos y ha permitido que las cifras
de las cuentas nacionales (que tanto gustan a los idiotitas financieros
yuppies) sean falsas en un 20 a 40%, ya que el impacto en las cifras de
exportaciones es no menor de 400 millones de dólares anuales. Ante
esos problemas mayores, en los que Alan García o el Chabrán
argentino parecen bebes de pecho, ha pasado un cambio radical.
La legislación
peruana sobre el derecho de los consumidores ha pasado a ser de un requisito
en este sistema globoludo a ser un imposible perfecto., ya que las excepciones
configuran un mundo, una actitud frente al sistema donde el mayor de los
boludos...es el consumidor.
El consumidor está
realmente jodido, pues si se rebela o reclama... le cercenan los servicios!,
como me ha sucedido a mí. Puedo probar que me han sobrefacturado
en más de 5 veces mi consumo (Mujica ya les ganó 6 casos).
¿Por qué tengo yo ahora que pagar y después reclamar?.
El 60 % de las llamadas
a celulares son a números desconocidos, más de la mitad de
estos desconocidos pertenecen a celulares de Bell South (¿concertación?).
Creo que puedo comprobar estadística, probabilística y matemáticamente...
que me roban! ¿Y a quién acudo?
No hay nadie a quien
acudir pues todo el circuito está podrido. Me siento , como en la
canción de Lennon sitting in nowhereland.
La ira que tengo
en este aislamiento cibernético, afortunadamente hace que me refugie
en lecturas que me apartan del mundanal ruido. La pregunta era ¿qué
se puede hacer para vengarse de la injusticia?. En el Islam, formidablemente,
hay momentos en que la venganza es un deber, es decir va más allá
de nuestra situación particular.
Digamos que todos
los quejosos latinoamericanos nos ponemos de acuerdo porque nos roban en
el agua, la luz, la gasolina, el teléfono; en los servicios básicos...y
hacemos huelga: no nos bañamos, vivimos a oscuras con velas, caminamos,
no nos comunicamos.
¿Para qué
llegar a los comienzos del siglo XXI en esta condición?
Tarde o temprano
nos ganarán... ¡Y esa es su apuesta!
Creo que el principal
defecto es en una actitud defensiva del consumidor. Toda defensa es desgastadora
y sin fuerza, así que las huelgas no sirven.
Las herramientas
de presión social, han sido siempre la huelga (que no funciona en
los tiempos actuales), el sabotaje y el boicot.
Ya hemos definido
la huelga... en esto no funciona, es un mecanismo obsoleto, excepto en
circunstancias de guerra.
El sabotaje, viene
de sabot, un tipo de zapato de madera común en Bélgica y
Holanda, con plataforma de madera. En la revolución industrial del
siglo pasado, los obreros que se resistían a perder el empleo por
ser sustituidos por una máquina, arrojaban su sabot en los engranajes
de esa máquina... ¡y ésta se hacía mierda!
Las legislaciones
actuales que protegen a los grandes intereses contra la población
han logrado que esto se llame terrorismo o acto vandálico y es enormemente
perseguido en todas partes. La verdad es que es difícil ver cual
parte está del justo lado.
El 1880 en Irlanda
surgió una gran palabra, que rápidamente llegó a todas
partes. Había un gran cabrón de gobernador inglés
llamado Charles Cunningham Boycott en el Condado Mayo. Eran los tiempos
de la hambruna en Irlanda y él redujo los salarios. La protesta
eficiente que hicieron los intrépidos y valientes irlandeses (¡cuándo
no las hacen los pueblos antiguos!) fue de no comprar bienes y productos
que producía el imperio de Boycott. De ahí viene la palabra
boicot, que simplemente significa el comprar cualquier cosa menos esa que
está en la lista negra.
He meditado mucho
sobre las posibilidades de esta actitud ante la impotencia de no poder
comunicarme porque, a los 52 años prefiero morir de pie que vivir
de rodillas y encuentro que la medida que hemos planteado en AILA de demandar
a Telefónica en la Bolsa de Valores de Nueva York es brillante,
pero hay que demostrar fuerza también... y esa fuerza está
en el boicot, como herramienta.
Cada país
es diferente, los enemigos diferentes, pero tienen un fondo común,
ya que son... LOS MISMOS COBARDES HIJOS DE PUTA. Hay una frase que me decía
mi tía Panchita...: deja a las ratas estar con las ratas.
Ese recuerdo me
iluminó, y encontré asidero –en este forzado ocio internético-
en lo que el gran Lao Tsé decía sobre la eficiencia de la
obra pequeña, que hoy se traduce en la Teoría del Caos como
el efecto mariposa, ya que toda acción individual sin interés
inmediato abona el campo del inconsciente colectivo.
Con la globulización
en todos nuestros países tenemos supermercados que tienen productos
de todas partes, hasta pedos húngaros –para quien le guste-. En
nuestro caso, Perú, el enemigo con ventaja se llama Telefónica
y los corruptos del gobierno que los controlan benevolentemente. Si les
hago huelga...yo me jodo.
Pero... Si acudo
al boicot, que lo vengo haciendo –en obra pequeña- de alguna manera
los jodo, y estoy en este aislamiento más conforme con mi conciencia...
porque algo, por estadísticamente mínimo que sea, es mejor
que hacer nada.
Me he impuesto una
disciplina. Todos los días compro una botella de vino tinto, es
lo único que me gusta. No compro español, por Telefónica,
ni chileno por Luz del Sur (que ha cuadruplicado las tarifas en los últimos
años)... compro vino argentino. Y sardinas portuguesas y aceite
de oliva italiano etc.
Para esta protesta,
uno es un anónimo... si esto se explaya, sería maravilloso
y una gran fuerza, mayor que cualquier sistema legal, además sin
límites teritoriales.
Claro está
que Perú es diferente de Argentina y Chile de España, pero
en todas partes se cuecen habas y la etiqueta de Enemigo del consumidor,
local y globalmente puede ser una maravillosa fuerza.
Podemos ir más
allá, digamos que el explotador es de nacionalidad dudosa. Si lo
es, no será difícil saber, con la información actual
e Internet qué vínculos con productos tiene. En AILA, hemos
empezado a elaborar las LISTAS NEGRAS, locales e internacionales para divulgar
la fuerza de aquello que se llama Radio Bemba... el rumor.
Serán diferentes
en cada país, pero los vínculos se harán solos.
Tomemos por ejemplo
Perú. Contra Telefónica habría que evitar...
1.Sardinas españolas...hay
nacionales, italianas y portuguesas
2.Aceite de oliva
...hay italiano, nacional, argentino y frances
3.Jamón Serrano...Hay
de Parma y un canadiense bastante bueno
4.Vinos...hay alemanes,
italianos, argentinos, rumanos, chilenos (que hay que evitar por Luz del
Sur).
5.Electrónicos
(hay que ver en la etiqueta de dónde son, preferir los de Taiwan
o Singapur).
6.Bancos. No banquear
con Continental (BVV), Santader-Sur, ni Wiese-Sudameris (Vaticano-Opus
Dei). Si te van a pagar con un cheque pide que no sea de esos bancos, si
tienes cuenta con ellos, cámbiala. Esta obra pequeña multiplicada
...los hará de una u otra forma ¡cagar pericotes!
Vamos a abrir una
lista negra y divulgarla. Esta es una especie de Jiddah, de guerra santa
de los consumidores, pero una guerra light, como los cigarrillos mentolados,
que te engañan, pero igualemnte te perforan los pulmones.
Creo que todos, con
una o dos decisiones por semana van a hacer mas daño que 1,000 huelgas,
ya que las ratas presionarán a las ratas.
En este esquema,
recuerdo los 60 y esa gran manifestación de humanidad que fue la
Revolución Cultural de Mao y sueño con unos cuantos cientos
de cabrones oligopolistas enviados a cultivar nabos, previo paseo con carteles
y cabeza rapada por las calles de nuestras ciudades. Estos son los chupamedias
y huelepedos tan comunes en las culturas occidentalizadas latinas. Dentro
de ellos no quiero dejar de mencionar a los colaboracionistas, es decir
aquellos nacionales o de nuestro propio entorno que como Jeckill y Hide
se transrforman del hogar a la oficina y viceversa. Creo que la imagen
de esos cabezas rapadas en Francia después de la guerra mundial
son el ejemplo perfecto...
¡Hay que señalarlos
en la calle, para que sean vergüenza de sus hijos y de sus familiares!
En nuestro caso,
el peruano, OSIPTEL es, en telecomunicaciones el extremo ejemplo de rosquetería.
Qué duda nos cabe si hay un nipón de la cultura langoy al
mando. Que afile sus tijeras pues terminará donde comenzó...
como peluquero. Pero como hasta debe haber perdido la habilidad de peluquero,
le recomendamos que se entrene con la escoba, para barrer los pelos de
la peluquería.
No hay justificación
para enmierdarse...ni tampoco hay refugio seguro para quien enmierdándose
causa daño y perjudica a su medio. Llegará el día
en que afeitemos esas cabezas públicamente (y que den gracias que
no somos islámicos, ya que les cortaríamos los dedos).
A esos empleados de Telefonica, de Osiptel, de Energel, les decimos que
están en la lista del odio de todos y no se merecen otra cosa por
traidores e inhumanos. Colaborar con el delincuente, es ser delincuente.
¡La sobrevivencia
es un impulso noble y no rastrero! |